8 mar 2010

La Fundación Tàpies renueva su cara


La remodelada Fundación Tàpies ha reabierto de nuevo sus puertas con la voluntad de mostrar al público la "resistencia y la desobediencia epistemológica de las normas y los códigos de la historia" que caracterizan la obra de Antoni Tàpies, como afirmó la directora del centro, Laurence Russel.

La Fundación inaugura su nueva etapa con la exposición "Els llocs de l'art", que reúne obras de Tàpies de los últimos veinte años y algunas de mediados de los años 40, que resumen su obra y su idea de arte: "En un mundo que favorece el individualismo y la falta de solidaridad, él nos invita a pensar en nosotros en relación con los otros", ha explicado Laurence Russel.

Además, en el número 225 de la calle Aragó de Barcelona se expone una selección de obras que pertenecen a la colección privada del artista, entre las que destacan varias ediciones del Corán, películas de Georges Meliès, esculturas, máscaras, jeroglíficos o tratados científicos, "objetos muy cotidianos que invocan la magia y la transformación", según Russel.

El nuevo museo está pensado para ser "un lugar de contemplación y de diálogo donde podemos encontrarnos con el riesgo, con lo desconocido y con lo indomable", ha precisado Russel. Así, la sala de exposición acogerá el concierto de seis horas "Cuarteto de cuerda Número 2" de Morton Fledman, el auditorio, proyecciones de las películas de Meliès de la filmoteca del artista y la próxima presentación del primer volumen de memorias de Tàpies "Fragmento para una autobiografía. Obra escrita completa".

La sede de la Fundación, la antigua editorial Monaner y Simón, obra del arquitecto modernista Lluís Domènech i Montaner, ha sido reformada por los arquitectos Iñaki Ábalos y Renata Sentkiewicz, con una inversión de 8,3 millones de euros, y ha ganado unos 600 metros cuadrados. Iñaki Ábalos ha señalado que al reformar el edificio "ha sido un verdadero reto conseguir que el arte sea el foco de la atención visual de todo el mundo e intentar que el edificio modernista recobre nueva vida".

Más allá de los cambios físicos que ha experimentado el edificio, este nuevo ciclo que arranca la fundación, servirá para cambiar su imagen hacia fuera. La Fundación arrastraba la mala fama de ser un espacio difícil y poco abierto a la ciudad, y ahora se compromete a llevar el arte contemporáneo al gran público.

A sus 87 años, Antoni Tàpies es el único superviviente de la generación de los grandes artistas catalanes de posguerra.

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